sábado, 31 de diciembre de 2016

2016 año de contradicciones, 2017 el de la esperanza

2016 quedará en la memoria de cada colombiano como el año de las contradicciones, de la finalización de los diálogos de paz para vivir en un país libre del mayor grupo insurgente del país, de éxitos en el deporte, pero también de rabia cuando surgen bárbaros, dementes que ciegan la vida de un colombiano.

Sin tener en cuenta lo cronológico, uno de los logros más importantes para Colombia sin duda fue el premio Nobel de Paz otorgado por la  Academia Sueca, reconociendo al lider del proyecto "Diálogos de Paz con las Farc", Juan Manuel Santos, Presidente de Colombia. Por segunda vez un Colombiano recibía el galardón, 34 años atrás el escritor Gabriel García Márquez, fue premiado con el de literatura.  Con la insatisfacción de muchos colombianos pero con el aval de la comunidad internacional, Oslo vivió la colombianidad con quienes  acompañaron a Santos. El otro logro; el acuerdo con las Farc.

Sin que se hubiera terminado el proceso de paz, vivimos también quizá una de las mayores polarizaciones de nuestra historia republicana, entre quienes apoyaron la No refrendación de los acuerdos de paz conseguidos en la Habana y los que botaron Si, esto como consecuencia del resultado del Plebiscito, una leve ventaja en favor del No, hizo que los demás colombianos sintieran una gran frustración, similar a la de muchos países que no entendían la decisión (los británicos vivieron algo similar con el Brexit). Poco tiempo después con algunos ajustes, finalmente se aprobaron los acuerdos con un cambio adicional, el mecanismo de aprobación; más expedito, pero menos democrático, dando paso a la implantación, eso si con la insatisfacción del grupo político al que nada le convence.

En lo que no hubo desacuerdos fue en disfrutar de los éxitos de los deportistas. Las Olimpiadas Río 2016 bañaron en oro a tres de los nuestros: Ibargüen, Pajón y Figueroa, entre sonrisas y lágrimas, hicieron despertar el orgullo patrio. Las dos primeras a lo largo del año nos mantuvieron pendientes de su trabajo, al final campeonas en sus respectivas Ligas. Ocho deportistas en total ocuparon un escalón del podio de Río. Otros más, 14, los reconocieron con el diploma olímpico; con seguridad trabajarán para mejorar en Japón 2020. Los deportistas paralimpicos, no fueron inferiores a su compromiso, dos oros; Serrano y Valencia. En total 17 veces subieron al podio paralímpico; unos superatletas.

Sin sorpresas, el ciclismo volvió ha hacer vibrar a los colombianos con un histriónico seguidor; Mario Sábato un narrador argentino, que como propios vivió los éxitos los pedalistas. Las carreteras europeas se rindieron ante las piernas de los nuestros: Nairo Quintana, Gaviria y  Chaves fueron los embajadores en esta ocasión, en cada pedalazo   al de la fuerza tricolor les impulsó al triunfo. Quintana y Chaves teminaron segundos, el primero en  La Vuelta a Francia y el "chavito" en la de Italia. Darwin Atapuma también puso lo suyo, hizo gritar; "que viva Pasto carajo", por cuatro dias lideró la vuelta España, el triunfo fue para el más gande ciclista colombiano de los últimos tiempo, Nairo Quintana, recordando lo realizado por Herrera en los 80s.  Otro que brilló en Francia y Polonia fue Gaviria on su tremenda velocidad para rematar etapas. Sin duda un año para no olvidar.

Nuestro fútbol, el de clubes, también aportó; Atlético Nacional ganó por segunda vez la Copa Libertadores,  mostrando que vive uno de los mejores momentos de su historia, también fue campeón de la Copa Águila, y tuvo uno de los gestos más aplaudidos; cedió el título de la Copa Sudamericana al Club Chapecoense de Brasil, finalista también de ese torneo, no la podrían disputar por la pérdida  de casi a todos  sus jugadores en absurdo accidente aéreo.

La desaparición de los integrantes del equipo Chapeco enlutaron al fútbol mundial, de diferentes formas los equipos profesionales lloraron la muerte de sus colegas. La irresponsabilidad de una persona, el piloto del avión, terminó con la ilusión de futbolistas y familias que forjaban un camino en el fútbol brasileño y mundial. El periodismo deportivo vivió su propia tragedia, los comunicadores que acompañaban a Chapecoese murieron cumpliendo su deber,  y resaltando los logros conseguidos en los últimos años por el equipo verde brasileño. 

Los que vivían también un año de desilusión (por la pérdida del camino) eran las huestes cardenales, sin embargo y pese a los altibajos cerraron bien el año, Santa Fe consiguió su noveno título de liga y su noveno título en 7 años, convirtiéndose junto a Nacional de Medellin  en los equipos más exitosos de ésta década. 

Pero no todo termina bien, la expectativa con la aprobación de la reforma tributaria, un golpe al bolsillo de los colombianos, principalmente con el aumento de salario mínimo,  un 7 %, decretado como casi siempre, porcentaje que seguramente no podrá contrarrestar el impacto de la reforma, total será ínfimo.

Mucho más podría decirse del año que termina, pero 2017 debería ser el año de la esperanza porque como consecuencia de la implantación de los acuerdos, se espera que mejore la confianza internacional en el país y haya más inversión extranjera y por ende más empleo. Si algo bueno ha de  tener la reforma tributaria es un impacto positivo; a mayores recaudos mayor inversión social, ningún niño debería morir por desnutrición, menos niños serian presa de los bárbaros asesinos; los uniformados tendrán más tiempo para protegerlos y en general a los colombianos de bien que quieren un país mejor, más seguro. 

¡Feliz 2017!

Celio Pineda Rodríguez
@celiopineda
celio.pineda@gmail.com

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